viernes, 4 de marzo de 2011

Mou contra el mundo

"Que soy un tipo cojonudo" respondió José Mourinho cuando en la COPE le preguntaron que qué creía que opinaba Dios sobre él. Se le olvidó al bueno de Mou decir que probablemente Dios también piense que es un quejica de tomo y lomo. Y es que ni con un 7-0 recién endosado al Málaga el portugués es un hombre feliz. Siempre tiene alguien contra el que disparar o algún dato victimista que sacar.

Mourinho vive en un permanente estado de paranoia que le hace creer que todo lo que se mueve en el fútbol español se hace contra el Madrid, pero realmente en su interior piensa que es una conspiración contra él. Árbitros, prensa, calendario, entrenadores de equipos rivales; todo se mueve con el único fin de perjudicar a su equipo.

No diremos aquí que Mou no es un buen entrenador, pues sus títulos con otros equipos le avalan. Los trofeos quedan muy bien en el salón de casa, pero el pasado es pasado, y con el Real Madrid le toca demostrar que su sueldo estratosférico está bien pagado. La realidad es que Mou se ve a siete puntos de un Barça que no tropieza, y el fantasma de "otro año en blanco" sobrevuela su cabeza y la de Florentino Pérez. Es por eso que el luso tapa sus miserias atacando a todo lo que se mueve, intentando desviar la realidad del juego de su equipo, sobrado para arrasar al Málaga, pero paupérrimo contra el conjunto de Pep Guardiola.

Mou, que tonto no es precisamente, sabe que si acusa a Roures de favorecer al Barça colocándole los partidos más espaciados para que así tenga más días de descanso en detrimento del Madrid, algunos no sólo no se lo discutirán sino que se pondrán a repasar el calendario para comprobar si es cierto. La prensa, que igual que le critica come de su mano, alimenta horas de debates y gasta ríos de tinta analizando las palabras del técnico blanco.

Lo cierto es que el único perjudicado con estas afirmaciones demasiado victimistas (sean ciertas o no, cosa que no he comprobado, ni comprobaré); es el propio Real Madrid. Nunca en la historia de ese club se ha sostenido semejante discurso. Muy al contrario, son el resto de equipos los que siempre han señalado a los blancos como beneficiarios de ayudas de toda clase.

El miércoles Mourinho dijo que la diferencia entre él y Pellegrini, su antecesor, ahora en el Málaga, es que "cuando a mí me eche el Madrid me iré a un gran club de italia o Inglaterra, no al Málaga". No sólo llamó "cutre" a su colega, sino que se permitió meterse con un club que bastante tiene con no bajar este año a Segunda, y de paso hizo de menos a una ciudad. En la rueda de prensa tras el partido del Brnabéu ha pedido perdón a quien pudiera sentirse ofendido. "Pero yo no soy un hipócrita, y eso está mal visto" dice el portugués. Cierto, las verdades muchas veces no son toleradas. Y estoy de acuerdo en que si él se queda sin curro en la Casa Blanca, equipos importantes se echarán a sus brazos. Y la realidad es que el Málaga no podría pagar su sueldo. No obstante, Mourinho debía haberlo dicho con más tacto y no tener que pedir perdón después. Ya se sabe, somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.

¿Y qué opina de esto el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez? Sabemos que le gusta mucho Mourinho, que pagó 16 millones de claúsula para traerlo, porque garantizaba títulos. Lo que no sabemos, ya que no suele hablar en los medios, es qué opina de que se hable más de su club por los continuos pifostios del entrenador, que de su fútbol en sí. ¿Es bueno para una institución como el Madrid que se genere semejantes antipatías allá por donde pasa? La mayoría de los madridistas dirán que sí, que si se ganan títulos todo está permitido. Cierto que el Madrid necesita abrir de nuevo las vitrinas, y más después del pastizal invertido, pero tampoco estaría de más que el entrenador supiera dónde está y lo que representa. Ha conseguido ser la primera y única figura que se expone ante los medios, con el consiguiente desgaste que ello genera, y se sabe absoluto protagonista de la actualidad deportiva. No estaría de más que los informativos y las portadas de los periódicos abrieran con noticias deportivas y no con la polémica de turno, con el insulto gratuito y con la mala leche habitual. Culpa de Mou, que no se calla cuando debe, y culpa de unos periodistas ávidos de carroña con la que llenar contenidos. ¿Y si se hubiera pasado ampliamente de la gilipollez de los del calendario o la de si el hermano de Guardiola es amigo de Roures?

El problema es que Mourinho vende tanto que cualquier cosa que diga, buena o mala, se amplifica por mil. Otros técnicos se quejan de los árbitros y ladran en las ruedas de prensa (aunque no tan habitualmente), pero los medios sólo tiene ojos para el de siempre. Mal camino éste, tanto para el luso, como para la prensa. ¿Qué opinará Dios de todo esto? Habrá que preguntarle a Mourinho.

Dani Medina

2 comentarios:

  1. Me gusta Dani, me gusta que tomes actitud crítica con este tiparraco. Por cierto, tengo un post en mente, pero vas a tener que ayudarme....

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  2. Ok, genial que quieras animarte a escribir algo. Y cuenta con mi ayuda!

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