jueves, 14 de abril de 2011

Empacho de Clásico


Tras haber pasado con nota los cuartos de final; Madrid y Barcelona se verán las caras en las semifinales de la Champions League. El problema es que en 21 días deberán enfrentarse cuatro veces, en los que prometen ser los partidos más tensos de los últimos años. Muchos pensarán, y no les faltará razón, en que los que son posiblemente los dos mejores equipos del mundo, debieran haberse encontrado en la final de Wembley. Pero el sorteo sale como sale y uno de los dos deberá apearse antes de tiempo de esta Copa de Europa.

Aficionados del fútbol, periodistas y televisiones se frotan las manos ante el espectáculo que vamos a vivir a partir de este mismo sábado. No obstante, cabría preguntarse si jugadores, entrenadores y directivos de ambos clubes piensan igual. Y es que lo bonito que puede ser pelearse con el eterno rival por una Copa del Rey, por dejar las cosas aún más claras en la Liga, y por un billete para Londres; puede dejar a uno de los dos muy tocado.

A priori, el Barcelona parte como favorito. Pese a que el Madrid está en un gran momento de forma, los culés siguen a un nivel estratosférico y fieles a su estilo de juego. El único precedente, el del pasado 29 de noviembre en el Camp Nou, no deja muy tranquilos a los blancos. Pero ya sabemos que el fútbol no es matemático y que nunca se sabe. Mourinho ha hecho un equipo a su medida, que cada vez juega mejor y al que es muy difícil hacerle gol. Ambos tienen a los dos mejore jugadores del mundo. El Barça tiene a Messi, que nunca falla, que lleva ya el récord de goles en una temporada con su equipo (48), y que baila a los defensas como si fueran conos de entrenamiento. Sencillamente, es el mejor.

Cristiano Ronaldo, que también está haciendo una gran temporada, tiene ante sí el reto de demostrar que aparece en los partidos grandes, contra equipos de categoría. Estos cuatro partidos van a ser determinantes para el luso, ya que una mala actuación puede hacer que se le empiece a mirar con recelo. No estaría de más que jugara más con sus compañeros y que redujera el número de disparos a ninguna parte que acumula a lo largo del año.

Como estos encuentros tiene cada uno su propia idiosincrasia, vamos a analizarlos uno por uno y por separado:

Liga, sábado 16 de abril: El de este sábado abre la veda de los Clásicos. Sin duda, este es el partido más intrascendente de los cuatro. Y es que tras dejarse tres puntos contra el Sporting en el Bernabéu, el Madrid le regaló la Liga al Barcelona. Los 8 puntos de distancia parecen insalvables y esto es algo que por mucho que lo nieguen, lo saben tanto Mourinho como Guardiola. Además, el calendario de los culés (Osasuna, Real Sociedad, Espanyol, Levante, Deportivo y Málaga); no parece muy propicio como para que el Madrid pueda soñar con recortar puntos.

Por contra, los blancos lo tienen bastante más crudo (Valencia, Zaragoza, Sevilla, Getafe, Villarreal y Almería); y raro será que no se dejen algún punto por el camino. El de este sábado será un buen partido para que ciertos suplentes tengan más protagonismo. Si hay algo que puede ser crucial en este encuentro, es el factor psicológico. Es decir, el que gane puede salir muy reforzado para el resto de choques, y el que pierda puede acabar con la moral por los suelos. Claro que el empate lo dejaría todo igual. Pronóstico: Empate.

Final de Copa, miércoles 20 de abril: El partido a cara o cruz y donde todo puede pasar. Si hay un encuentro para que el Madrid meta en apuros al Barcelona es éste. Mou sabe manejar este tipo de ambientes a vida o muerte. Además, la presión será brutal para ambos y quizá los merengues sepan jugar mejor en este tipo de partidos. Al Madrid le conviene hacer un fútbol que incomode a los de Guardiola, que no tengan muchos espacios y que no puedan tocar el balón como acostumbran. Es previsible que Guardiola, descontando a Puyol y Abidal, ambos convalecientes; saque su once de gala, y jamás renunciará a su estilo. Mou sin embargo tiene varias alternativas. Lo más probable, y todo el mundo parece estar de acuerdo, es que el luso saldrá de inicio con el famoso trivote, Xabi Alonso, Khedira y posiblemente Lass. Este es el sistema que Mou quiso sacar en el Camp Nou, y con el que más cómodo se siente ante equipos de toque como el Barça.

Si los de Pep mueven el balón como acostumbran el Madrid ni lo olerá, así que los blancos tendrán que aprovechar sus contragolpes y su velocidad. Por supuesto, los azulgrana son ligeramente favoritos, 60% de posibilidades de levantar el primer título del año. No obstante, el Madrid saldrá con sangre en el ojo, sabiéndose que puede ser lo único que celebrar esta temporada, y eso es un factor muy importante. Pronóstico: Gana el Madrid.

Semifinales de Champions, 27 de abril/3-4 de mayo: Como decíamos, la final anticipada. La Décima frente a la Cuarta. Sin duda, el Barcelona, en una eliminatoria a 180 minutos, tiene las de ganar. Porque entre otras cosas, el Camp Nou, con permiso del Hércules, es inexpugnable. Por eso, la única posibilidad de los madridistas pasa por hacer un buen partido en la ida, que es en el Bernabéu, y rezar por no recibir un gol en contra para poder ir a la vuelta a aguantar el chaparrón. Si los culés "mojan" en Chamartín, cosa probable, lo tendrán muy encaminado para irse a Londres. A falta de dos semana, es difícil saber cómo se plantearán estos partidos, entre otra cosas, porque la final de Copa puede ser determinante en lo anímico. Pronóstico: Pasa el Barcelona.

¿Y si uno de los dos pierde los cuatro encuentros? Bueno, en el Barcelona sería un palo duro, pero la imagen del equipo y de Pep, a pesar de la decepción, seguiría intacta. Ni afición, ni directiva los pondrán en duda. Ni cambiará la filosofía del club, ni rodarían cabezas. Muy distinto sería si esto pasa en la Casa Blanca. Mourinho vería su imagen muy desgastada. Los medios empezarían a poner en duda su calidad, y se empezaría a cuestionar su continuidad en el Real Madrid. Por extensión, la presión haría que Florentino se planteara el relevo en el banquilo ante semejante fracaso, sabiendo que su propia figura saldría muy perjudicada. Quizá no hará otra "espantá", pero muchos aficionados empezarán a cuestionar si el proyecto de Florentino es el adecuado para este club. Es decir, que como siempre, la fina línea entre la victoria y la derrota va a dirimir en estos 21 días el devenir de dos clubes en 9 meses de competición. Apasionante.

Dani Medina

miércoles, 6 de abril de 2011

LOS INSÓLITOS CICLOS DE CINE DE OSO III: Rodando en la cumbre

Películas de escalada y similares

Odio las alturas, sufro de un vértigo galopante. Por eso, siempre procuro evitarlas y jamás de los jamases me atrevería a lanzarme en paracaídas, hacer escalada, practicar puenting o realizar cualquier otra actividad que implique separarse demasiados metros de mi amado suelo.

Sin embargo, esa fobia no me impide disfrutar al máximo, siempre que sea a través de una película o de la televisión, de unas buenas vistas desde lo alto de una cumbre, algo que me fascina y sobrecoge. Ese es uno de los grandes alicientes del cine: proporciona al espectador experiencias que son de su agrado, pero que nunca podría llevar a cabo por falta de dinero, ganas, o, simplemente, huevos (como es mi caso). La fábrica de sueños lo llaman.

Esta película daría para un ciclo sobre automutilaciones en el cine, pero mejor dejamos ese tema para más adelante

En la pasada edición de los Oscar se habló mucho de 127 horas, la última película de Danny Boyle. Ello me ha hecho recordar algunos de los buenos momentos que me ha otorgado el cine en lo relativo a la escalada por cumbres montañosas. Voy a repasar esos instantes, junto a otros que aún no he tenido el gusto de experimentar. Ya sé que no es lo mismo ver la escalada en una pantalla que practicarla en vivo, pero amigos, algo es algo y yo, personalmente, me conformo.

Antes de proseguir, conviene indicar que soy un completo novato en lo relativo al alpinismo, por lo que no entiendo de sus técnicas y vericuetos y prefiero entretenerme con el paisaje y el potencial de este deporte para proporcionar momentos de tensión, angustia y épica. Mi principal objetivo es despertar el gusanillo, tanto propio como ajeno, por este tipo de películas.

Máximo espectáculo, mínimo realismo


En el cine de escalada, si es que existe como tal, hay dos claras vertientes. La primera, quizá más acusada, se centra en el espectáculo, enfocando la atención en la belleza e inmensidad del escenario donde se practica este deporte. La segunda, sin olvidar los paisajes y la majestuosidad de los mismos, prefiere buscar el realismo, reflejando con mayor o menor credibilidad el ejercicio de esta arriesgada disciplina. Comenzaré por el primer grupo, donde destaca un filme muy evidente: Máximo Riesgo


Esta película, que ya figura en el imaginario colectivo y se encuadra en la etapa dorada del cine 'stalloniano', proporcionó a toda una generación una de las secuencias más asfixiantes del cine de acción de los 90. Aquella en la que el protagonista trataba sin éxito de salvar a una compañera de caer al más grande y profundo de los vacíos, y que consiguió reflejar la sensación de vértigo como pocas veces se había hecho en la gran pantalla. Para un servidor, probablemente constituya el más terrorífico fallecimiento imaginable. Como curiosidad, este momento fue parodiado con bastante tino al comienzo de Ace Ventura 2.



A pesar de lo efectiva que resulta esta secuencia, como ya dije previamente, el realismo no es una de las bazas de Máximo Riesgo, sino que lo que prima es el puro espectáculo. La escalada y la montaña son una excusa para dotar a la película de un entorno exótico y peligroso, que además permita desarrollar originales y aparatosas escenas de acción y tensión, algo que se logra con nota.


En un tono casi idéntico aunque con resultados muy inferiores, se halla la solvente Límite Vertical, otra cinta nuy conocida dentro del cine montañero y que tampoco conviene tomarse muy en serio, porque eso puede provocar la risa. Denostadísima por los aficionados a la escalada más puristas, la obra constituye un eficiente divertimento de casi dos horas, repleto de asombrosos paisajes, caídas estremecedoras y absurdeces varias. El guión es pobre y fantasioso, pero queda disimulado por el impacto visual de las imágenes.


Pero el colmo en lo relativo a la ausencia de realismo se lo lleva la siempre por delante Mission Impossible 2, con esa escena en las Montañas Rocosas, donde Ethan Hunt escala directamente a pelo, sin arneses, cuerdas ni nada remotamente parecido, en lo que podría ser la mayor fantasmada jamás filmada. Cuenta la leyenda que al director John Woo se le subieron los testículos hasta la garganta cuando Tom Cruise decidió realizar él mismo y sin dobles (eso es lo que afirma el actor...), un peligrosísimo salto entre dos rocas salientes, ayudado, eso sí, por un cable muy bien escondido.

Más allá de Ethan Hunt e hilando finísimo, otro agente secreto que se ha atrevido a conquistar cumbres ha sido James Bond, quien se enfundó el equipo de nieve para llegar hasta la base de Blofeld, situada en los Alpes suizos. Lo hizo en 007 Al servicio secreto de su majestad, aquella entrega en la que el guaperas del MI6 está interpretado por un orejón sin carisma que, afortunadamente, no repitió el papel y tuvo que conformarse con participar en alguna que otra entrega de Emanuelle

Al menos, nos regaló una de las secuencias más trepidantes y recordadas de toda la saga bondiana. Es esa persecución que también implica a las alturas y en la que el glamouroso espía huye de sus perseguidores haciendo gala de sus habilidades como esquiador. Realmente, Bond nunca llega a practicar el deporte de la escalada en este filme, aunque sí lo hace uno de sus compañeros, aquel que intenta entregarle una mochila y que sufre un destino desafortunado. Por cierto que el mujeriego agente también se encaramó a otra montaña en la secuencia inicial de Alta Tensión


Pero la más legendaria persecución por las alturas, con escalada a la inversa incluida, es probablemente la que llevan a cabo Cary Grant y Eva Marie Saint en el monte Rushmore, durante los minutos finales de Con La Muerte en los Talones. Una secuencia tan influyente y recordada, que incluso Álex de la Iglesia se permitió el lujo de homenajear recientemente en su Balada Triste de Trompeta, cambiando las caras de los presidentes norteamericanos por las cruces patrias del Valle de los Caídos.



Sin embargo, he venido a escribir sobre el deporte del alpinismo, así que volveré al tema. Siguiendo en el género de la acción, igualmente hay que detenerse en Licencia para Matar, la cuarta incursión de Clint Eastwood en la dirección. Según se dice, el veterano cineasta llegó a arriesgar su propia vida en alguna que otra secuencia, sobre todo en la escena final. La película está considerada una de sus obras más flojas, pero no puedo opinar porque todavía no he tenido el placer de catarla.


Recreaciones más veraces


Abandonando el espectáculo puro y duro, el alpinismo realista también ha tenido su hueco en el cine.
Uno de los primeros intentos en este sentido, si exceptuamos los primeros documentales que se filmaron sobre el tema, fue La Montaña Trágica, cinta menor con Glenn Ford que ha quedado un tanto desfasada con el paso del tiempo. En una línea similar, aunque con una trama más elaborada, se halla Montaña Siniestra, un filme al que el transcurso de los años parece haber tratado mucho mejor y que, aun con sus fondos superpuestos, ofrece imágenes de gran calado e impacto.


Otra recración veraz del alpinismo la encontramos en Siete años el Tíbet, también conocida como Siete Años en el Cine, por su exagerada duración y el sopor que provoca. Inspirada en hechos reales vividos por el escalador Heinrich Harrer, la escalada no es ni de lejos el tema principal del filme, pero en esta cuidada aunque insípida película, es difícil rememorar otra cosa que no sean los escasos momentos de ascenso montañoso protagonizados por Brad Pitt.




No obstante, si se quiere hablar de verdaderas películas de escalada, entonces hay que reseñar la muy documentada Grito de Piedra de Werner Herzog. Su realismo, situado muy por encima de la media, es algo que que los fanáticos del deporte de los piolets y las polainas han sabido apreciar, hasta elevarla a la categoría de cinta de culto.

 
Con tendencias comunes a las del filme de Herzog en lo referente al realismo, se encuentran obras más recientes y muy recomendadas por los adeptos a este deporte, como la alemana y prestigiosa North Face, o la surcoreana Bingwoo. Esta última proviene precisamente de un país donde el alpinismo cuenta con muchos seguidores, por lo que no es de extrañar una fiel traslación cinematográfica de esta práctica.



Volviendo atrás en el tiempo se localizan otras dos obras con valoraciones positivas como K2 y Cinco días, un verano. La primera es una epopeya de superación donde Michael Biehn y Matt Craven se empeñan en dominar la célebre montaña y que está inspirada en una obra de teatro de mismo nombre. Resalta, como no podía ser menos, por su trabajada fotografía. La segunda cinta, por el contrario, es un drama incestuoso en el que Sean Connery, frustrado en sus ambiciones sexuales hacia su sobrina, busca desahogarse con el ascenso a uno de los picos más altos de los Alpes suizos.

Mucho por escalar



Al alpinsmo todavía le queda mucho por "escalar" en el cine. Es la conclusión a la que uno llega cuando alcanza la cima de este texto (o mejor dicho, pie), y se da cuenta de que apenas hay películas donde elegir. Además, tampoco hay filmes que estén catalogados como obras maestras indiscutibles, si olvidamos el ámbito del cine documental, donde sí se han conseguido grabar cintas aclamadísimas como Touching The Void, que muchos catalogan como el mejor y más perfecto reflejo del alpinismo en celuloide.

Es una situación extraña, si se tiene en cuenta la belleza de esta práctica y su potencial dramático, dos características que permitirían engendrar películas de gran carga visual y emocional. Entrando en la especulación, la causa fundamental de esta escasez puede que radique en el escenario. No es nada fácil rodar en un entorno montañoso y no parece que haya muchos cineastas dispuestos a hacerlo y asumir los riesgos que conlleva.

Sin embargo, este problema ya no debería ser tal, si atendemos a los recursos cinematográficos que existen actualmente y a los últimos avances en materia de efectos especiales. Es decir, que recrear una película en una cumbre montañosa y con resultados dignos, ya no requiere de grandes complicaciones.

No obstante, existe otra posible causa para la sequía de grandes películas montañeras. Y es que la escalada es una práctica tan espectacular, que a menudo los filmes centrados en este asunto se entretienen demasiado con el escenario y se olvidan de la historia. Se ha visto en varios ejemplos mentados en el artículo.

Estando así las cosas, y superado el problema del entorno, ya no hay excusas para que la fábrica de sueños nos proporcione muchas y grandes películas sobre alpinistas. Ahora sólo toca aguardar y albegar la esperanza de que el reciente éxito de 127 horas haga más corta la espera. Y si lo que nos llega lo hace en 3D, pues bienvenido sea. Mirad por donde, el alpinismo sí que sería una buena excusa para utilizar la tan desaprovechadísima tercera dimensión. A ver si los grandes estudios se dan cuenta, porque lo tienen a huevo...

Carlos Palencia

martes, 5 de abril de 2011

No hagas la quinta, por favor


Marzo de 2017. Esa es la fecha en que presumiblemente, y si Segura dice la verdad al finalizar los créditos de Torrente 4, se estrenará la quinta parte de la saga de películas más taquillera de la historia de España. Puede estar contento Santiago Segura, ya que todo lo que lleva el nombre de "Torrente" es igual a dinero a mansalva, y cada una de sus entregas va de récord en récord. Por desgracia, con cada nueva entrega la falta de guión, imaginación y talento se hace más palpable. Porque Segura sabe que tiene un personaje cojonudo, que consigue conectar con su humor zafio y casposo con el gran público de una manera desconocida en nuestro cine. Es muy lícito que quiera seguir explotando la gallina de los huevos de oro hasta que los espectadores digan "basta", pero no debería descuidar por el camino el hecho de hacer una comedia que de verdad merezca la pena.

La primera parte es sin discusión un clásico de nuestro cine y una muy buena película de humor. Rodada con poco presupuesto, pero sabiendo aprovechar los recursos de que dispone, Segura logró inmortalizar a Torrente y convertirlo en parte de nuestra cultura popular. La segunda y tercera parte a pesar de flojear en cuanto a la historia y hacer un abuso excesivo de los cameos conseguían su propósito de hacer reír, siempre por debajo del nivel de calidad y despiporre de la primera. ¿Qué es lo que pasa con la cuarta? Pues que desde el primer minuto, es inevitable pensar que es un truño de tomo y lomo. La secuencia inicial en la mansión es una sucesión de gags mil veces vistos sin ningún tipo de gracia, y para colmo, parece como si Segura más que hacer de Torrente imitara a Torrente. Parece un contrasentido, pero su actuación es más una caricatura forzada del personaje que una interpretación. Esta afirmación es opinable, y quizás muchos de los dos y pico millones de espectadores que se han dejado 10 euros por ver la película discrepen de ella. Lo que no es discutible es que esta cuarta y nefasta entrega es más una sucesión fenética de cameos que una película en sí.

Hay una diferencia muy grande entre escribir y currarse un guión, con una trama elaborada y unos gags bien metidos para que consigan el santo propósito de que la genete se descojone; y hacer un guión en función de los cameos que van a aparecer en la película. Si tenemos en cuenta la primera parte (sí, es inevitable referirse a ella, porque es donde Segura debería fijarse); nos daremos cuenta de que también está plagada de cameos, tan apoteósicos como Cañita Brava o Poli Díaz. Pero estos cameos están metidos dentro de una historia, de un guión, y quizás lo mismo daría que el camarero de las "6.000 pesetas de whisky" fuera Cañita Brava o Chiquito de la Calzada. La segunda y tercera ya empiezan a ser un carrusel de famosos de medio pelo y amigos del director madrileño, pero con mayor o menos acierto hay una estructura y una trama que tienen ambos fims. En la cuarta, todo lo que pasa en la película tiene como único objetivo que salga un famoso, ya sea Belén Esteban (lamentable en su interpretación, como no podía ser menos), Agüero, Juanito Navarro o David Bisbal. ¿De qué va Torrente 4? De ver famosos. A nuestro protagonista le encargan un asesinato, cuando llega a la casa de la futura víctima, descubre que ya ha sido asesinada antes de que él llegara. En ese mismo instante, llega la policía y meten a Torrente en la cárcel. Sale de la cárcel, descubre quién le engañó para cargarle el asesinato, muere el malo. Fin. Si algo tan sencillo hubiera sido más elaborado podría haber colado, pero todo está pensado para que veamos a Torrente dentro de la cárcel, parte central de la película  que ocupa la mayor parte del metraje.

¿Y el cacareado 3D de los cojones? Pues una mera excusa para llenar las salas y cobrar más pasta por las entradas. Completamente desaprovechado, no juega nada con las posibilidades que dan las tres dimensiones, y salvo un par de balas que salen de la pantalla, un perro y Torrente escupiendo una bebida, nada de nada. ¿Por quén no haber metido alguna guarrada digna del personaje que hubiera ido a la cara de los espectadores? Repito, esta película podía haberse rodado perfectamente en formato tradicional, ya que no hay nada por lo que merezca la pena pagar un suplemento en las entradas y comprar las dichosas gafitas.

Aunque resulta evidente que esta cuarta parte no ha cumplido mis expectativas (no esperaba una gran peli, pero sí reírme con y no de ella), Torrente es Torrente y Segura siempre tiene buenas ideas. Por ejemplo que la casa del policía sea un "piso patera" lleno de sudamericanos donde incluso se celebran peleas de gallos es bastante divertido. Algún gag suelto siempre va a haber en los 100 minutos de metraje, pero en conjunto, parece que se busque más la risa con la sucesión de cameos que con las gracias del guión que debieran ser el motor de la película. Por último, no quiero olvidar a Kiko Rivera, simpático en su personaje, ya que el buen hombre no es actor y hace lo que puede; y Francisco, el villano del film. Sin duda, éste último fue el motivo de más chillidos en la sala. Y es que cuando el cantante abre la boca, descubrimos horrorizados que le dobla Pepe Navarro de manera lamentable. Para no perdérselo.

Carente del humor de la primera y segunda, siendo una perversión de lo que fue la ya floja tercera parte, ésta Torrente 4 parece más el resultado de una necesidad alimenticia (que no creo que sea tal), que de una necesidad de volver a este mítico personaje. Este guión se escribe en una tarde y de resaca. Para esto, la quinta entrega mejor dejarla en el cajón. Y que Torrente descanse en paz. Ya va siendo hora.

Dani Medina

lunes, 4 de abril de 2011

1.001 Películas que hay que ver después de morir (XV): R.O.T.O.R.

Título: R.O.T.O.R.
Director: Cullen Blaine
Año:1988
País: Estados Unidos
Actores: Richard Gesswein, Jayne Smith, Margaret Trigg

Argumento: Un científico experto en robótica ha creado a R.O.T.O.R., un cyborg bigotudo y de aspecto homosexual, que supone el arma definitiva en la lucha contra el crimen. Cuando aún quedan años para su puesta en funcionamiento, el robot se activa y se escapa, sembrando el caos por la ciudad, en una orgía de destrucción que se cobra la integridad de unas sillas de plástico y algunos viandantes. 





Por qué hay que verla después de morir: Clásico entre clásicos del cine ultra-casposo, R.O.T.O.R. es un incomprensible, que no incomprendido (ojo con equivocarse) y pretencioso trozo de mierda, con una hedionda puesta en escena y un presupuesto que sólo podría cifrarse en números rojos. Por si no hubiera bastante, sus carismáticos personajes, entre los que hay un modelo tercermundista de Cortocircuito y un científico cowboy (grandioso concepto que el cine debería explorar en más ocasiones), no paran de filosofar sobre lo divino y lo humano, cayendo en el más estrepitoso de los ridículos. Pocas películas ilustrarían mejor esta recopilación de reseñas.

Alicientes:
-Un malvado policía robot que parece salido los Village People y cuyo interior  "está formado por un avanzado chasis de una aleación desconocida, carente de engranajes, el cual le permite realizar toda clase de ágiles y complicados movimientos de aerobic", en boca de uno de los personajes.
-Además de R.O.T.O.R., también está el equivalente tercermundista de Cortocircuito, confeccionado con un microondas y un tubo de papel de plata.
-Un despertador que va hacia atrás, ya que primero marca las 5:00 y en el plano siguiente las 4:50.
-Mensaje moral y existencialista que contribuye al debate sobre los límites en el uso de la ciencia.
-Una doctora que parece la prima punkie de He-Man.
-Científicos a los se les llena la boca de gilipolleces sin sentido que ni ellos mismos comprenden y que se van inventando sobre la marcha.
-Por el bien de la humanidad, casi ninguno de los implicados volvió a dedicarse al cine.
-Reminiscencias de Robocop y Terminator
-Refranes populares
-Un gañán con dientes de plástico
-R.O.T.O.R. posee un sorprendente e imposible radar que le permite observar lo que ha ocurrido en un lugar, minutos después de que haya sucedido.
-Un científico/cowboy, una idea que no se ha explorado lo suficiente en la historia del cine.
--Soliloquios interminables; parece que los personajes nunca van a cerrar la boca.

Algunos momentos para el recuerdo: 
-Nada detiene a R.O.T.O.R. en su cruzada contra el crimen, ni siquiera una sala de conferencias, la cual arrasará moviendo 4 sillas de plástico a su paso (de tortuga) en un arranque de destrucción irrefrenable.
-La presentación de R.O.T.O.R., en la que varios científicos ponen cara de interesados y hacen como que se enteran de las mil y un insensateces que el científico cowboy va improvisando. Parece un timador estafando a una pandilla de indocumentados que asienten a todo por inercia.

Algunas frases destacadas:
-"¿Qué crees que es esto? ¿Una película barata de ciencia ficción?"
-"Si me despide haré más ruido que dos esqueletos haciendo el amor en un ataúd de hojalata
-"El chasis… ¿cómo puede funcionar sin engranajes ni motores? Quiero decir, bueno, yo nunca había visto algo así", a lo que el científico cowboy responde con rotundidad "este chasis de combate es de primera calidad". No se necesitan más explicaciones, ha quedado bien claro.
-"Algo de la memoria molecular del chasis está afectando al cerebro"
-"La estructura molecular del robot va a hacer detonar la cuerda" 

Nivel de descojonación (de 1 a 5): * * * * *


1.001 Películas que hay que ver después de morir (XIV): Supersonic Man

Título: Supersonic Man
Director: Juan Piquer Simón
Año:1979
País: España
Actores: Antonio Cantafora, Cameron Mitchell, Richard Yesteran, Diana Polakov, José María Caffarel, Quique Camoiras, Tito García

Argumento: Un tipo en gallumbos vaga por el espacio en animación suspendida, cuando la llamada del destino le jode la siesta. Ha sido convocado para convertirse en Paul, un bigotudo bastante hortera quien, en sus ratos de ocio, combate el crimen embutido en un traje de licra con purpurina.





Por qué hay que verla después de morir: La respuesta española al Superman que Richard Donner filmó en el 79 es un desvergonzado y muy entretenido dislate carente de presupuesto y sentido, donde un superhéroe sobrevuela diapositivas de Nueva York y se enfrenta a helicópteros de juguete y robots de saldo, a ritmo de una apoteósica y muy pegadiza canción discotequera.

Alicientes:
-Un poster donde el 90% de las cosas que se ven (naves espaciales, jamonas a lo Barbarella, etc) no aparecen en ningún momento de la película.
-Al contrario que en la mayoría de cansinas y repetitivas pelis de superhéroes, aquí despachan los orígenes del protagonista en dos minutos mal contados. Mejor aliciente imposible.
-Unos títulos de crédito tan saturados, que es imposible leer los nombres de los implicados en el filme. ¿Una estratagema para no ser descubiertos?
-El casco del superhéroe está bañado en purpurina.
-Entre los muchos superpoderes del protagonista están la ventriloquia, y la "bananización", habilidad que consiste en convertir la pistola del oponente en una banana. Porque sí.
-La acción transcurre en una ciudad compuesta a partir de diapositivas de Nueva York y planos de Madrid y Alicante.
-Cameron Mitchell gesticulando como un demente.
-Un superhéroe ejemplar que usa sus habilidades para robar impunemente y mojar el churro.
-Un inestable robot confeccionado con electrodomésticos en desuso de un Punto Limpio, que cuenta con la versatilidad de movimientos de un muñeco Lego y que es derrotado con una patada.
-Las uñas con roña del protagonista.
-Un helicóptero de juguete digno de Playmobil.
-Secuencias de documentales insertadas en el metraje, a las que ni siquiera se han molestado en cambiar el formato de la imagen para equipararlo al resto de la película.
-Criminales robando material radiactivo con las manos desnudas.
-Una apisonadora plana y de cartón.
-Un hit musical horterofestivo, que ya muchos quisieran tener como hilo musical para acompañar a su vida diaria.
-Coches que explotan sólo por el mero hecho de salirse de la carretera.
-Quique Camoiras haciendo de criminal, papel que borda gracias al temible aspecto que le caracteriza.
-Chistes de borrachos.
-Todo tipo de letreros e inscripciones en inglés, en un pésimo intento por internacionalizar el filme.

Algunos momentos para el recuerdo: 
-En una épica persecución de coches, los malos tratan de alcanzar a la novia de Supersonic. Una apisonadora se interpone en su camino pero, gracias a Dios, es de atrezo, plana y de cartón, así que SuperSonic Man no tiene problemas en levantarla para que su amada evite el obstáculo. Los matones no tienen la misma suerte y acaban saliéndose de la calzada, con la sorpresa de que su coche DIRECTAMENTE EXPLOTA.
-Los malos capturan a Paul y deciden meterle en un saco y tirarlo al fondo del mar. Vemos cómo el saco se hunde varios metros, para inmediatamente después observar a Paul en lo que parece ¿una bañera? El ridículo no ha hecho más que empezar, porque llega un tiburón y uno se da cuenta de que está sacado de un documental o de un vídeo de un acuario, ya que las imágenes del escualo están en un formato de imagen diferente al del resto del metraje. Para rematar la faena, Supersonic sale del fondo del mar, en una secuencia pasada al revés, con el consiguiente y anormal movimiento del agua.
-Los artífices de este infrafilme tratan de colar un helicóptero de juguete con las ventanas pintadas como si fuera uno auténtico, mientras unos obreros se sujetan el casco, no sea que se les vuele. Es inevitable recordar el memorable gag de Hot Shots 2.

Algunas frases destacadas:
-Que la fuerza de las galaxias sea contigo.

Nivel de descojonación (de 1 a 5): * * * * *