Ayer ví como una de mis ilusiones de esta temporada se evaporaba. El nuevo Milan de Allegri era eliminado de la Liga de Campeones tras no pasar del empate a cero ante el Tottenham en el estadio de White Hart Lane. Sin duda el encuentro demostró a todas luces que al conjunto lombardo puede que le de con lo que tiene para mandar en su campeonato doméstico, pero sin duda esta bastante verde en lo que a la elite del fútbol europeo se refiere. Europa y la Champions, exigen más de lo que este equipo puede ofrecer hoy por hoy.
Debo ser franco y reconozco que al inicio de esta campaña pensé que la entidad ‘rossoneri’ tendría en la antigua Copa de Europa una de sus mejores bazas en la temporada. La llegada de Ibrahimovic y Robinho, me hicieron creer que junto con Pato y un Ronaldinho ‘enchufado’, este equipo podía llegar lejos en Europa si su potencial ofensivo era complementado por el siempre talentoso Pirlo y una retaguardia ordenadita con el eterno Nesta a la cabeza. Estos ingredientes me parecieron suficientes para poder llegar lejos en un torneo corto, dada además la histórica habilidad de los conjuntos italianos en las eliminatorias a doble partido.
Sin embargo la eliminación de ayer, no sólo el hecho, sino la forma en que ocurrió, demostró que en este equipo se han hecho las cosas a medias. Es cierto que se ha acometido una renovación en la parte de arriba, máxime con la llegada de Cassano en diciembre y con la salida de un decepcionante Ronaldinho. Pero el problema del Milan esta sin duda en la sala de máquinas. Es obvio que un club que, después del Real Madrid, es el más laureado de la máxima competición del viejo continente, no puede tener tantas carencias en el centro del campo, allí donde se genera todo.
La dependencia que el Milan tiene del ya veterano Pirlo es más que alarmante, sobre todo si tenemos en cuenta que no hay relevo a la vista, y parece que en los despachos tampoco tienen de intención de hacerse un jugador que progresivamente pueda ir sustituyendo al centrocampista de Brescia. La presencia de Seedorf, (sobrado de calidad pero también de años), como maestro de ceremonias en el centro de la cancha sonó poco menos que a improvisación. El ex del Real Madrid ya no esta para estos trotes y las alternativas en el banquillo son inexistentes. Sin duda el gran Andrea el que otorga a lo suyos de un patrón de juego, sin él, el encefalograma del equipo se vuelve plano.
Las carencias creativas del equipo de Berlusconi, dejan sin efecto su pegada cuando un buen equipo como el Tottenham se pone delante. El ejercicio de impotencia de los de Allegri resulto hasta angustioso. Viajaban a Londres para voltear la eliminatoria y ni siquiera dieron sensación de poder marcar un gol. Por que en esto del fútbol no importan tanto los delanteros que pongas como las veces que esos mismos delanteros puedan tener el balón en situación de poder hacer daño. Ese el problema en este Milan, los intermediarios fallan y el equipo naufraga a expensas de que a cualquiera de los de arriba se le ocurra una genialidad que resuelva la papeleta. Puede que en una Serie A en clara decadencia esto sea suficiente, pero para la turné en Europa hacen falta nuevas alforjas.
Gustavo Hernández (Colaborador)
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