lunes, 14 de febrero de 2011

Hasta siempre, Fenómeno


Hoy se retira Ronaldo Luiz Nazario de Lima, uno de los más grandes jugadores de la historia del fútbol. Personalmente, el jugador que más me ha impresionado sobre un terreno de juego en toda mi vida.

Puede que los haya más técnicos y sutiles como Zidane, o mejores regateadores como Messi, pero la temporada que hizo Ronaldo en el Barcelona, allá por la temporada 96/97, donde hizo 47 goles en 49 partidos, jamás se borrará de mi memoria.

Ronaldo era un portento físico, una bestia parda que cogía el balón, miraba la portería, regateaba a quien fuera necesario (incluido el portero), y hacía gol. No había quien lo parase. Tenía velocidad, técnica, regate, un disparo potentísimo, y se movía en la zona de tres cuartos como nadie.

Ronaldo era gol, y jamás he visto a un jugador más asociado a esa palabra. Era un depredador absoluto del gol, un enfermo. Cierto que sus características hacían que hubiese que jugar para él, pero es que merecía la pena, porque él solo podía sentenciar cualquier partido. Parecía que no necesitara de diez tipos acompañándole, que él solito se bastaba para ganar el encuentro.

Imposible olvidar aquel gol en Compostela, donde se regateó a medio equipo desde el centro del campo y remató fuera del área para hacer uno de los goles más bellos que se recuerdan. O aquél en el Camp Nou contra el Valencia donde se metió entre dos defensas y acabó marcando. No le importaba quién estuviese delante, porque nadie le quitaba el balón.

Por desgracia, el Ronaldo que conocimos en el FC Barcelona no duró demasiado. Su traspaso al Inter de Milán cambiaría su vida para siempre. En el calcio volvió a salirse, pero por desgracia su rodilla hizo crack y tuvo que alejarse un año de los terrenos de juego. Volvió, y de nuevo se lesionó y tuvo que empezar de cero. Mala suerte para un jugador que necesitaba su potencia en las piernas y un gran poderío físico para jugar como mejor sabía.

A pesar de eso, de dos lesiones muy graves que para cualquier otro hubieran sido el fin, Ronaldo no se dio por vencido y regresó a lo grande. En el Mundial de 2002 se salió de nuevo, siendo el máximo realizador con 8 tantos y ganando su segundo título frente a Alemania.

Florentino Pérez, que en ése momento era presidente del Real Madrid y obedecía a la filosofóa de fichar a los mejores, no lo dudó y se trajo a Ronaldo al Bernabéu. Cierto, no era el del Barça, físicamente se le notaba que había perdido velocidad, que le costaba un poquita más, pero su amor por el gol no había muerto.

Tuve la suerte de ver en octubre de 2002 el debut de Ronie en el Bernabéu, frente al Alavés. Salió si no recuerdo mal en la segunda parte y sus dos goles dieron los tres puntos al Madrid. Hasta 2007, año donde se fue en el mercado invernal al Milan, Ronaldo hizo 104 goles con la camiseta blanca en 177 partidos. Buenos números, para alguien que estaba "acabado".

Es cierto que sus últimos años han sido una caricatura de lo que fue. Sus kilos de más han dado para muchas bromas, sus fiestas rodeado de señoritas copaban los programas de la prensa rosa, y se llegó a un punto en el que no importaba lo que Ronaldo hiciera en el campo, importaba más su vida privada.

Fue brasileño para lo bueno y para lo malo. Talento innato, de ése que se cultiva en la favela, alegría. Siempre tenía una sonrisa. Era de esos jugadores que su estado de ánimo determinaba su rendimiento en el campo. Si no se lo pasaba bien, si no sonreía, ésa noche se borraba. Pero claro, la otra cara de la moneda era su gusto por la samba, la fiesta, las mujeres y la noche. Su animadversión por los entrenamientos era notoria (¿alguien ha pensado en Romario o Ronaldinho?), pero lo que no hacía en los entrenos lo compensaba con todo lo que hacía en el campo.

Se va pues, una estrella total del deporte rey. Alguien que ya es una leyenda y que reconoce que "no puede más", que "piesno es una jugada y no la ejecuto como quiero". Los años no pasan en balde, y su cuerpo desde hace tiempo dijo que basta. Pero para mí, y supongo que para muchos, siempre nos quedará en el recuerdo el Ronie de sus años dorados, capaz de hacer cualquier cosa en un campo. Un Fenómeno.

2 comentarios:

  1. Como bien has dicho, el Ronaldo de Barrcelona era un fenómeno absoluto. No recuerdo si fue en nuestro amado "Fútbol es Fútbol", en la época "Callejo", dónde le compararon con una manada de búfalos. Mejor comparación imposible. Ronaldo con el balón en los pies parecía una estampada de Ñues huyendo de los leones, hacia temblar el suelo y la grada. Una pena su adiós.

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  2. Sí, creo que fue con Callejo en "Fútbol es fútbol". Por cierto, te he mandado ya la invitación para que escribas tú también!

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