domingo, 26 de febrero de 2012

Oscar 2011. Película del año


El análisis de los Oscar de este año llega a su fin echando un vistazo a la categoría suprema: la mejor película. En la presente edición ha variado la norma sobre las candidaturas en el apartado máximo. Después de volver a los 10 nominadas de antaño, ahora la Academia de Hollywood ha decidido que haya un baremo de entre 6 y 10 posibles aspirantes dependiendo del porcentaje de votos que reciban. De ahora en adelante, no sabremos el número de figurantes finales hasta el mismo día de las nominaciones.

Así pues, 2011 nos deja nueve cintas entre lo más destacado de la temporada. Vamos a intentar ordenarlas de más a menos respecto a sus opciones para alzarse con la estatuilla más codiciada de la noche.

- The artist.

La película que, seguramente, ha tenido un mayor calado emocional entre el público americano. Un homenaje al cine estadounidense. Con todo a favor en los premios de dirección, actor principal y varios técnicos. Si este filme francés, que ha igualado las 10 nominaciones de Tigre y dragón (récord para una película extranjera) no resulta el vencedor de la noche será una sorpresa mayúscula.

- La invención de Hugo.

Otro tributo a los orígenes del cine. Pero, en contraposición a The artist, Scorsese homenajea al cine francés ancestral en la figura de George Méliès, el creador de Viaje a la luna. Un filme en 3D de carácter infantil y nostálgico muy del gusto de los votantes. Es el más nominado del año (11 opciones). Presumiblemente, se alzará con varios Oscar menores. Si Scorsese consigue el galardón al mejor director, esto podría arrastrar a su película hacia lo más alto.

- Los descendientes.

Última obra del reputado Alexander Payne siete años después de Entre copas. Su probable premio al mejor guión adaptado puede resultar una espada de doble filo: o un respaldo que ayude a la película en las categorías más importantes o un galardón que sirva como compensación y única recompensa. Su corte moderno le perjudica frente a unas rivales más clásicas y cercanas a la mentalidad más conservadora de la institución organizadora.

- Midnight in Paris.

Cuatro nominaciones para lo último de Woody Allen, que nos viene a decir que no siempre los tiempos pasados fueron mejores. Un buen reparto de actores, la historia y su glamouroso escenario visten mucho, además de su presumible Oscar a guión original. Pero parece haber una sensación general de que el mejor Woody Allen ya ha pasado. Su inclusión en mejor película y director supone un reconocimiento puntual a un realizador al que los premios americanos han ido dando la espalda poco a poco.

- El árbol de la vida.

El prestigioso Terrence Malick, últimamente más activo en sus proyectos respecto a décadas anteriores, se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes por esta propuesta filosófica difícil de digerir para muchos. Desde el origen del universo al presente de una modesta familia americana, pasando por el futuro adulto de uno de los hijos hasta una playa en la que vagan las almas de los difuntos. Todo ello apoyado por unas imágenes deslumbrantes. Suena demasiado trascendental para el grueso de los rellenapapeletas.

- Caballo de batalla.

Spielberg enmarca su último trabajo, protagonizado por un caballo y su joven amo, en los cruentos tiempos de la Primera Guerra Mundial. Su realización siempre impecable parece chocar, esta vez, con una carga exagerada de buenos sentimientos y retazos melodramáticos. Al no figurar como director, sus opciones prácticamente se desvanecen.

- Moneyball.

Las películas que conjugan la ecuación beisbol+superación suelen ser igual a éxito garantizado en Estados Unidos. Al menos entre el público, en los Oscar no siempre. En el caso de Moneyball, sus nominaciones (seis) suenan ya a recompensa por culpa de la solidez de sus rivales por los premios. Tendría gracia ver a Brad Pitt ideando una estrategia y manejando estadísticas para buscar como hincarle el diente a sus contrarios y llevarse el Oscar. Pero no siempre le va a funcionar el apaño.

- Criadas y señoras.

Lo más destacable de este drama clasista es su reparto, y es ahí donde puede sacarle jugo a las estatuillas. La nominación a mejor película parece consecuencia de su buena taquilla en EEUU, pues en el fondo se trata de un trabajo que tampoco parece aportar nada nuevo a lo ya visto en filmes como Tomates verdes fritos y similares.

- Tan fuerte, tan cerca.

La novena en discordia se ha colado en la categoría de manera sorprendente. La explicación parece hallarse en los métodos promocionales del productor Scott Rudin, perro viejo en estas lides, y en la buena estrella del director Stephen Daldry que, aunque no es candidato esta vez como director (tras Billy Elliot, Las horas y El lector) tiene pinta de ser el yerno favorito de los académicos. Parece el típico filme al que le regalan la nominación (algo así como The blind side hace dos años). Y eso que pretendían evitar que se colaran este año filmes de dudosa valía...

En fin. Hasta aquí la cobertura dedicada a las nominaciones de los Oscar. Todo lo que pueda suceder esta noche escapa ya de nuestra manos. Ojalá haya sorpresas, emotividad, una gran puesta en escena y momentos divertidos de parte de Billy Crystal, el anfitrión por antonomasia.

Disfrutémoslo como se merece.

1.001 películas que hay que ver después de morir (XLIX): Game of death

Película: Game of death (Juego con la muerte)
Director:  Robert Clouse
Año: 1978
País: Hong Kong
Actores: Gig YoungColleen Camp, Dean Jagger y un poco de Bruce Lee
Género: Necrofilia cinematográfica


Argumento: Bruce Lee, el cadáver más sobado y sodomizado de la historia del cine, protagoniza únicamente 11 minutos descontextualizados de este bodrio. El resto del metraje es un miserable cortaypega de planos de distintos filmes de Lee, mientras un actorucho de tres al cuarto fracasa estrepitosamente intentando hacerse pasar por él, en una trama tan apasionante como verle crecer el pelo a un cespino.


Por qué hay que verla después de morir: Que no os engañe nadie. Esta película es un completa mierda, a la vez que un descojone de padre y muy señor mío, por mucho que intenten venderla como la quinta y última cinta protagonizada por Bruce Lee. Se trata de la bruceploitation por antonomasia, un vil ultraje y una excusa  lamentable para colarnos 11 minutos totalmente descontextualizados de otra película de Bruce Lee, que el mítico actor no pudo terminar debido a su repentina muerte. La cinta que nos ocupa merece nuestra atención por las mil y un descacharrantes maneras con las que intentan hacer creer al espectador que es el mismísimo Bruce Lee quien sale en pantalla, desde el uso de planos robados de otros filmes, pasando por cartulinas con la cara del actor, hasta llegar a la utilización de su AUTÉNTICO cadáver, en una acción criminal en toda regla.

Alicientes:
-Planos robados de otros filmes de Bruce Lee, pésimamente insertados en el montaje.
-Una cartulina con la cara de Lee, pegada con celo en un espejo, en lo que se trata de la solución más chapucera jamás empleada en la historia del cine para contar con un actor.
-Barbas y bigotes postizos, gafas de sol y lluvia constante, no sea que nos dé por fijarnos en la cara del impostor protagonista.
-Varios dobles de Bruce Lee, destacando entre ellos Tai Chung Kim, el que luego repetiría su papel de Lee en la no menos infame "Retroceder nunca, rendirse jamás".
-Unos "ingeniosos" títulos de crédito ambientados en un casino, por aquello del "juego" con la muerte. Qué agudo.
-No sólo Lee es víctima del "caradurismo" de los señores chinos. También se aprovechan de Chuck Norris, quien figura en los títulos de crédito, cuando sólo aparece dos minutos en todo el filme. Y esos dos minutos, sí, como habéis adivinado,  forman parte de una escena mangada de otra película, "El furor del dragón".
-El AUTÉNTICO cadáver de Bruce Lee. No sólo nos cuelan sin ningún sentido 11 minutos de una cinta suya inacabada, sino que además se atreven a meter escenas del verdadero funeral del intérprete, en las que la cámara se mete de lleno en el ataúd para mostrarnos su cuerpo incorrupto.
-Un villano de traca que no es más que un viejo calvo (Dean Jagger, que aparece también en "Alligator") absolutamente carente de carisma y que da vergüenza ajena.
-Un piso cualquiera del centro de Hong Kong que es la puerta a otra dimensión, ya que su interior es el de una pagoda de varias plantas.

Algunos momentos para el recuerdo:
-En la escena cumbre del filme, al protagonista le meten un tiro en la cara (de una manera imposible, pero no entremos en detalles), para que luego se haga la cirugía estética. La mejor manera de justificar el empleo de un actor que se parece tanto a Bruce Lee como los lectores que perdéis vuestro tiempo leyendo esto.

Nivel de descojonación (de 1 a 5): * * * *


Oscar 2011. Los directores.



Esta categoría destaca por tres pesos pesados como son Martin Scorsese, Woody Allen y Terrence Malick. No obstante, ninguno de los tres son favoritos para llevarse el Oscar, ya que todo apunta a que será Michel Hanazavicius por "The Artist". Que la película francesa será la gran triunfadora de la noche es algo que nadie duda, pero cuidado con estos premios, que a veces nos traen sorpresas.

Comencemos a analizar a los nominados:

Woody Allen: Si se llevara la estatuilla, para empezar no la recogería, porque ya se sabe, estará tocanco el clarinete en algún club de jazz neoyorquino. Es poco probable que gane el Oscar con "Midnight in Paris", donde puede que tenga más posibilidades en guión original. Este genio indiscutible del séptimo arte que dirige, actúa y escribe de forma brillante ya sabe lo que es ganar un Osacar en este apartado. En 1978 ganó por "Annie Hall" tanto en dirección como en guión, y en 1987 volvería a ganar como mejor guionista por "Hannah y sus hermanas". Este premio suele acompañar a la ganadora a mejor película, donde ya decíamos que "Midnight in Paris" no tiene ni la más mínima posibilidad, por lo que Allen hace bien quedándose en NY.

Michel Hanazavicius: Primera nominación para este realizador francés, que no para de acumular premios con su aclamada "The Artist". El gran favorito de la noche, sin ninguna duda. Su película, por si alguien aún no lo sabe, es muda y rodada en blanco y negro. Muy lejos de los estándares de las películas de Hollywood, y quizás por eso, esté gustando y sorprendiendo tanto. Lo normal es que premien la valentía de rodar, en pleno siglo XXI, donde el 3D y los efectos visuales son los protagonistas de los filmes, una cinta pequeña y con una historia sencilla. Por si fuera poco, tiene a los Weinstein detrás, expertos en hacer campañas de lo más agresivas para que sus filmes copen el mayor número de estatuillas.

Terrence Malick: Este poco prolífico director vueleve a entusiasmar a la crítica con "El árbol de la vida", una película que en el público provoca una gran cantidad de opiniones, desde "es una obra maestra" a "es el mayor coñazo que he visto en mi vida". Así es Malick, un realizador que hace sus filmes (pocos, por cierto), como le da la gana y con libertad creativa absoluta. Triunfador en Cannes por este retrato de la vida, y sobre todo de la infancia, su conocido "miedo" a los focos hace poco probable que esté en el patio de butacas cuando lean su nombre entre los nominados. Sus posibilidades son escasas, pese a ser de esos directores que si no recibe el Oscar algún día, se oirá eso de "como no premiaron a Malick". Parece que "El árbol de la vida" deberá contentarse con premios "menores" como el de fotografía, que es magistral, por cierto.

Alexander Payne: Este realizador, nacido en Nebraska, ya sabe lo que es estar nominado, por ese tostón llamado "Entre Copas". Esta vez se redime con la más que recomendable "Los Descendientes" una dramedia sobre el matrimonio, la paternidad y en fin, sobre las relaciones humanas. Director sobrio y sin alardes, de esos que ponen la cámara donde hay que ponerla sin buscar el plano original ni hacer virguerías visuales. Su película es la otra gran favorita, y quién sabe, quizás los de la Academia pasen de los franceses y apuesten por una cinta patria. Sus posibilidades son pequeñas, pero si puede haber una sorpresa en este apartado, sin duda llevaría su nombre.

Martin Scorsese: Otro de los grandes del cine, al que no le es ajeno eso de estar nominado a mejor director. Sin embargo, sólo lo ha ganado una vez por la sensacional "Infiltrados", que es cierto, es una peli menor en su increíble filmografía. En esta ocasión, el neoyorquino opta al premio por "La invención de Hugo" una película de fanatasía para todos los públicos, y un homenaje a su amado cine. Rodada en 3D y repleta de efectos generados por ordenador, parece que Scorsese se ha alejado de sus temas habituales, lo que también demuetra la inquietud de este talento cinematográfico. La película está gustando aunque sin demasiada algarabía, pero visualmente es espectacular, y quizás los académicos voten al amigo Marty, que merece más del mísero Oscar que tiene en la estantería de casa.

Esta noche, por fin, sabremos el nombre del ganador en una categoría que para los medios siempre pasa desapercibida en favor de los galardones de interpretación, pero que después de mejor película es el Oscar más importante.

sábado, 25 de febrero de 2012

Oscar 2011. Los actores


El salto en el análisis hacia los premios principales alcanza la parte más reconocible de las películas: los intérpretes. Ellos son la cara visible de las emociones, los sufridos encargados de mostrar al espectador todo el catálogo de comportamientos y sentimientos humanos con el fin de transmitir las ideas del guionista y el director en cuestión. Cargan con el peso de la acción buscando empatizar con el ciudadano medio para lograr que algo quede en el subconsciente: una idea, una sensación, un poso.

Es en su versatilidad y saber hacer donde se halla la diferencia entre los grandes actores y los loritos recitadores, aquellos que necesitan poco para transmitir lo más hondo o los que, por falta de recursos y control, se lanzan a la sobreactuación. A ambos extremos se sitúan los que interpretan (como decía el crítico Ángel Fernández-Santos) "a cara lavada" y otros que se camuflan y se plantan ante "una cámara mentirosa".

Las cuatro categorías que nos ocupan, pese a estar más apretadas de lo habitual en líneas generales, han perfilado una serie de duelos tête à tête ciertamente estimulantes.

* Artista vs. descendiente:

Los dos ganadores de los recientes Globos de Oro, George Clooney (en drama) y el francés Jean Dujardin (en comedia/musical) llegan emparejados en la lucha por el Oscar al mejor actor de esta temporada. Si bien Brad Pitt (Moneyball) encabezaba las apuestas tras darse a conocer los premios de la crítica americana en diciembre, la sucesión de galardones posteriores ha decantado, claramente, el dúo que más opciones tiene de hacerse con la estatuilla.

Dujardin consigue ganarse al espectador en The artist con su carisma y sonrisas, y además logra embaucarle en el drama de su personaje, un actor de cine mudo apartado tras la llegada del sonoro, en los momentos más crudos y sufridos del mismo. Podría decirse que es el favorito, ya que ha ganado el premio del Sindicato de Actores, que es un baremo importante, y su película parece contar con más respaldo en los premios absolutos. Sólo le puede perjudicar no ser americano.

Clooney lo tendría todo para ganar si no fuera por el huracán Dujardin. Su progresión y madurez como actor (ya evidenciados en Up in the air) y su gran criterio en la elección de proyectos han quedado patentes en los últimos años. En Los descendientes realiza un gran trabajo mostrando todas las caras de un padre apurado y traicionado. Y, al fin y al cabo, es una estrella cuyo triunfo reconfortaría a mucha gente. Pero el problema, además, es otro: ya ganó en 2005 como secundario por Syriana.

Pitt sería, seguramente, el ocupante del tercer escalón del podium, ya que Gary Oldman por El topo y el mejicano Demián Bichir por A better life se han colado, un poco, de forma inesperada. Algunos amantes del cine han denunciado las ausencias, flagrantes para muchos, de Michael Fassbender (Shame), Leonardo DiCaprio (J. Edgar) y Ryan Gosling (Drive).

* Maestra vs. alumna:

La actriz por antonomasia de los Oscar, la multinominada (aunque no tan galardonada) Meryl Streep aseguró recientemente en el preludio de una entrega de premios que este iba a ser el año de Viola Davis. Seguramente, lo hizo sin saber que la mayoría de las distinciones en esta categoría le iban a llover a ella misma (premios de la crítica, Globo de Oro, Bafta) y puede que ahora no lo tenga tan claro. Pero, ¿por qué lo dijo?

Al parecer Streep quedó impresionada tras rodar La duda junto a Davis. En una intervención de apenas 10 minutos, la afromericana fue capaz de robarle el protagonismo ganándose con ello una nominación como actriz de reparto en aquel año 2008 (edición en la que presenciamos la victoria de Penélope Cruz). A la 17 veces nominada le dejó impactada aquello, y desde entonces ambas se han cruzado elogios mutuos ante el micrófono cual mentora y alumna aventajada.

Sensaciones: Streep tiene que ganar su tercer Oscar de una vez y será más pronto que tarde. Pero, ojo: me da que esta vez tampoco. El Sindicato de Actores condecoró a Viola Davis por Criadas y señoras, lo cual pesa mucho; el gran trabajo de las actrices de este filme parece merecer un respaldo y, quizá, no sea el papel más propicio (una líder extranjera en una cinta muy irregular) para dar a Meryl el baño de masas que merece. Aunque creo, con sinceridad, que éste el premio más apretado de todos los principales a concurso.

El resto de aspirantes-figurantes son Glenn Close por Albert Nobbs (se le debe el Oscar, pero las críticas han sido tibias), Rooney Mara por Millenium (papel bien resuelto, aunque aún es joven y poco conocida para triunfar) y la que se presupone tercera en discordia por el galardón: Michelle Williams, que ha dado vida a un icono del tamaño de Marilyn Monroe y que suma ya tres nominaciones en seis años. Si no fuera por lo explicado más arriba, sería una ganadora de catálogo hollywoodiense.

* Maduro vs. veterano:

La categoría de actor de reparto viene este año marcada por la veteranía. Tan sólo Jonah Hill (Moneyball) altera en cierta medida este patrón, pues se trata del aspirante más joven y que, a diferencia de sus compañeros nominados, nunca antes fue candidato al Oscar.

El favorito a levantarse de la silla y abrocharse la chaqueta es el gran Christopher Plummer, que en Beginners ofrece una interpretación conmovodera. Su prolífica carrera, cuyo primer éxito llegó dando vida al varón Von Trap de Sonrisas y lágrimas y que siguió con grandes títulos (El hombre que pudo reinar) y otros más recientes como Eclipse total, Doce monos, El dilema, Una mente maravillosa o La última estación (su primera nominación) requiere ya el reconocimiento que este mítico secundario merece.

Pero, hete aquí aparece un actor de perfil similar: el sueco Max von Sydow. Tan similar que comparten edad (82 años), no tiene Oscar (sólo una nominación anterior) y compone una interpretación del mismo corte que Plummer en el drama Tan fuerte, tan cerca. A diferencia del primero, Sydow no cuenta con premios de la crítica en las últimas semanas. Pero su empuje final e inesperado podría llevarle a lo más alto. Y a nadie debería extrañarle.

Nick Nolte también luce canas en Warrior (su tercera candidatura tras El príncipe de las mareas y Aflicción), mientras que Kenneth Branagh ha reaparecido tras años de altibajos transformándose en otro actor-director shakespeariano de pro, Laurence Olivier, en Mi semana con Marilyn.

Esto es cine. Cuando, llegados a una edad, muchos trabajadores de otros ámbitos han colgado los guantes, aquí otros esperan a recoger sus frutos tras sembrar durante décadas de plena dedicación a la actuación.

* Criada vs. señora:

El drama sureño sesentero del director Tate Taylor presume de contar con un plantel de grandes actrices, algunas consolidades y otras importantes promesas: Viola Davis, Sissy Spacek, Bryce Dallas Howard, Emma Stone y las aspirantes al premio a la mejor actriz de reparto: Jessica Chastain y Octavia Spencer.

Este Oscar tenía pinta de estar reservado para esta película. La gran incógnita era saber, en concreto, para quién. Si bien Jessica Chastain se ha convertido en la secundaria del año (gracias a su participación en El árbol de la vida, La deuda, Take shelter y Coriolanus), la afroamericana Spencer ha tomado ventaja gracias a su papel de sirvienta, más lucido que el de Chastain, por el que ha acumulado un buen número de premios que la sitúan como favorita en la categoría.

La argentina Bérénice Bejo, pareja de Jean Dujardin en The artist y de Michel Hazanavicius en la vida real, se ha colado en la categoría (por esto de las campañas promocionales) cuando, claramente, su papel en el filme es más protagonista que secundario. Tiene algunas opciones de ganar en contraposición a Janet McTeer (Albert Nobbs) y Melissa McCarthy (La boda de mi mejor amiga), que se quedan en meras comparsas del duelo principal.

En definitiva, nos espera una contienda apasionante en el apartado interpretativo. Ojalá en todas las ceremonias llegaran las cosas tan apretadas como en este año de producción 2011.

martes, 21 de febrero de 2012

Oscar 2011. Guiones y Película extranjera

La importancia del guión en el cine es capital. Supone el origen de todo y, por tanto, la parte más complicada y crucial del proceso de producción de una película. El argumento, sus descripciones de lugares y personajes, las situaciones que los envuelven y los diálogos que los interrelacionan a lo largo de la trama dibujan una estructura global definida por tres actos principales: planteamiento, nudo (o confrontación) y desenlace (o resolución).

Dentro de este esquema comúnmente aceptado, será la pericia del guionista de turno la que sitúe a la historia que quiera contar por encima o por debajo de los altares de la excelencia. La magnitud del chispazo que experimenta el escritor al comienzo de la redacción o durante el proceso culmina en un punto cuyos intereses creados (no siempre emparentados con la calidad) atraerán a los productores para financiar su adaptación, a los directores a tomar las riendas de la plasmación fílmica y a los actores a dar vida a los seres que pueblan sus páginas.

Tal es la influencia del guión que define los temas de fondo del proyecto, y es determinante para configurar la forma en que las historias pueden ser traspasadas del papel a las imágenes por los realizadores. En consecuencia, su relevancia merece ser reconocida, aunque no haya premio que lo haga en su justa medida.

* Guión original:
- The artist.
- Nader y Simin, una separación.
- Margin call.
- Midnight in Paris.
- La boda de mi mejor amiga.

Es inevitable destacar los resultados del Gremio de Guionistas americano, que se ha pronunciado recientemente, para poder hacer un pronóstico más matizado sobre los premios de guión. Para dicha agrupación, Woody Allen ha inventado y construido el libreto más logrado del año para su último filme como director, Midnight in Paris.

Esta comedia romántica, ambientada en una capital francesa de distintas épocas y revivida por personajes célebres del mundo de las artes, supone la nominación número 15 en esta categoría para el maestro neoyorquino, y podría acarrearle su tercer premio en estas lides tras Annie Hall (1977) y Hannah y sus hermanas (1986).

Su gran rival es, por supuesto, The artist, cuyas páginas han sido ilustradas por Michel Hazanavicius, realizador del filme. A su probable triunfo la noche del domingo podría sumar una estatuilla que ha acompañado en la mayoría de los casos a las ganadoras a mejor película. Esperemos que su ausencia de diálogos no le afecte pues, como hemos explicado, estos son sólo un factor más dentro del proceso creativo.

El resto de nominadas son una comedia de enredo (La boda de mi mejor amiga), un drama con la crisis económica como marco (Margin call) y la iraní Nader y Simin, primer guión escrito en farsi nominado en la historia de los Oscar. Siendo realistas, los tres deberán conformarse con haber llegado hasta aquí.

* Guión adaptado:
- Los idus de marzo.
- Los descendientes.
- El topo.
- La invención de Hugo.
- Moneyball.

Otro cineasta que además escribe, Alexander Payne, aspira a lograr su segundo galardón en esta categoría tras Entre copas, esta vez colaborando con los actores televisivos Nat Faxon y Jim Rash sobre la novela de Kaui Hart Hemmings. De momento, el gremio ha distinguido a Los descendientes como la mejor adaptación del año, así que su triunfo pinta tan cristalino como las aguas de Hawaii.

Payne se enfrentará a la popularidad de la obra infantil que ha dado pie al proyecto de Scorsese La invención de Hugo; a dos guionistas del prestigio de Steven Zaillian y Aaron Sorkin (ganadores del premio por La lista de Schindler y La red social, respectivamente), abajo firmantes del libreto de Moneyball; a la corrección británica y la frialdad de John Le Carré en El topo y, curiosamente, al protagonista de su película. Y es que George Clooney figura en la categoría como coguionista de su cuarto filme como director aún pendiente de estreno: Los idus de marzo.

Tras esto, nos ocupamos ahora de un apartado que, si bien ha deparado algunas sorpresas en los últimos años, esta temporada llega con uno de los contendientes rozando la cinta de meta.

* Película extranjera:
- Bullhead: Bélgica.
- Footnote: Israel.
- In darkness: Polonia.
- Monsieur Lazhar: Canadá.
- Nader y Simin, una separación: Irán.

Como ya hemos comentado más arriba, Nader y Simin se bate también en la categoría de guión original, lo cual es todo un indicativo del impacto que ha causada este filme iraní a nivel internacional y que claramente lo diferencia de sus competidores.

Ganadora del Globo de Oro (aunque no del Bafta británico, que recayó en La piel que habito), esta historia sobre la familia, la enfermedad y la vejez con un divorcio como núcleo central supone una reflexión política y social que ha sido unánimemente alabada por la crítica. Su único hándicap puede ser provenir de un país enemistado con la nación yanqui.

El desconocimiento casi completo de sus rivales se lo pone, todavía, un poco más fácil. Aunque, repito: sorpresas pretéritas nos han asistido.

domingo, 19 de febrero de 2012

Oscar 2011. Introducción al análisis y premios técnicos

Hace un año, por estas mismas fechas, iniciábamos en Fuera de Campo el análisis de la carrera por los Oscar a una semana vista del reparto de los premios en cuestión. Trascurrido ese tiempo, aquí estamos de nuevo para inaugurar una serie de posts informativos, y especulativos, sobre lo que puede dar de sí la edición número 84 de estos galardones, la madre de todas las batallas en el terreno de los premios de cine.

Las estatuillas doradas son los galardones más codiciados y deseados por todo profesional del séptimo arte, aunque también resultan insignificantes y hasta temidos por algunos. Y es que del mismo modo que pueden abrir la puerta a la excelencia a muchas películas para ayudarlas a permanecer en el imaginario colectivo, o contribuir a impulsar la carrera de artistas de diversas disciplinas, en algunos casos han supuesto una carga para sus ganadores.

Esta, a priori, honorable distinción ha acabado marcando a algunos implicados como un sambenito al que se ven atados de por vida, señal indeleble a la que honrar y que resulta muy difícil hacer justicia en lo sucesivo. Un cúmulo de éxito repentino, en definitiva, difícil de digerir.

Pero nadie quiere pensar en eso. A buen seguro, todos los nominados de este año ansían ver su nombre entre los agraciados el próximo 26 de febrero. Y nuestro deseo es aportar datos que sirvan para dar pistas de por donde irán los tiros en todas las categorías susceptibles de premio. Lo que viene a ser, aventurarse en la predicción pero con un respaldo objetivo.

* Premios técnicos:

Este apartado de los galardones, considerados como menores, incluye categorías como fotografía, sonido, montaje o banda sonora que, a priori, parecen no tener una gran influencia en el reparto de los Oscar principales. Pero los años nos han demostrado que la acumulación de distinciones técnicas son una fuente básica para entender hacia donde pueden virar las votaciones de los académicos según vaya entrando la gala en su último y decisivo tercio.

Vamos, pues, a analizar las películas que reúnen el mayor número de nominaciones y sus posibilidades en las categorías en cuestión.

- La invención de Hugo: el nuevo de filme de Martin Scorsese, el primero que destina en especial al público infantil, ha resultado el más nominado de todos los contendientes esta temporada con un total de 11 candidaturas, muchas de las cuales se encuadran en los premios técnicos, ya que no cuenta con ningún miembro de su reparto entre los finalistas. La película aspira al mejor montaje, fotografía, dirección artística, sonido, montaje de sonido, banda sonora, vestuario y efectos especiales.

Todos los títulos que compiten en las categorías técnicas tienen una factura impecable. En concreto, lo lógico es pensar que esta historia ambientada en París y que habla del origen del cine a través de los ojos de un niño reciba varios Oscar a tenor de lo sucedido en los premios de los gremios celebrados en Estados Unidos en las últimas semanas. Sin ir más lejos, La invención de Hugo ha sido reconocida por su dirección artística (en película de época), sonido y aún puede ganar el de vestuario.

Los gremios especializados son un baremo fundamental para determinar a los futuros ganadores. Lo normal es pensar que la cinta más nominada entre las competidoras, y que cuenta con posibilidades de triunfo en las categorías de mejor producción y dirección (en ésta, sobre todo) salga bien parada y agraciada en los premios técnicos.

- The artist: esta obra francesa cada vez más popular entre el público español, y que muchos conocen como "la muda en blanco y negro", ha sumado 10 nominaciones, de las que el montaje, la fotografía, dirección artística, banda sonora y vestuario aparecen en las categorías menores. Siendo la favorita a mejor película a día de hoy, su triunfo debería estar acompañado de algunos premios adicionales.

Sus opciones en los apartados de música, dirección artística y vestuario son especialmente fuertes, y apostar por su triunfo ahí es un voto casi sobre seguro. Además, su montaje ha sido el más logrado para los Eddie Awards, el gremio de editores, en la categoría de comedia/musical.

- Caballo de batalla: el nuevo filme de Spielberg (conmovedor para unos, sentimentaloide para otros) cuenta con un equino como protagonista y con cinco nominaciones de un total de seis agrupadas en las categorías técnicas: fotografía, dirección artística, sonido, montaje de sonido y banda sonora original.

Ni que decir tiene que sus grandes opciones se encuentran en los dos apartados sonoros (mezcla y montaje) y en el trabajo del director de foto polaco Janusz Kamismki, habitual colaborador del antiguo Rey Midas de Hollywood y que ya tiene dos estatuillas en casa por su méritos en la iluminación y manejo de cámara para La lista de Schindler y Salvar al soldado Ryan.

Además, el compositor John Williams aspira a su cuadragésimo séptimo Oscar (sólo ha ganado 5 de ellos a lo largo de más de 40 años), aunque tiene opciones más poderosas por el score de otro filme de Spielberg, Las aventuras de Tintín.

- Moneyball: esta historia sobre un modesto equipo de beisbol capitaneado por Brad Pitt desde los despachos ha recibido 6 candidaturas, entre las que están montaje y sonido. Ambos son trabajos destacables, pero la película parece contar con poco empuje en la ceremonia y no ha logrado reconocimientos previos a este respecto.

- Los descendientes: esta comedia dramática de Alexander Payne está llamada a pelear premios importantes en la gala como película, director y actor. Pero a nadie podría extrañar que rebañara el premio al mejor montaje para el que opta, ya que acaba de recibir el galardón del gremio de montadores en el apartado de filme dramático.

- Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres: el nuevo trabajo de David Fincher, gran perdedor en la ceremonia del año pasado, ha entrado con merecimiento en las categorías de montaje, fotografía, sonido y montaje de sonido. El editor de Fincher resultó vencedor en 2011 por La red social y su nueva labor parte con buenas opciones, al igual que en los apartados sonoros.

- El árbol de la vida: la quinta obra del misterioso director Terrence Malick ha logrado tres nominaciones este año: película, director y fotografía. Y es en esta categoría donde ha volcado todas sus esperanzas, ya que el trabajo del mejicano Emmanuel Lubezki (nominado tres veces anteriormente y nunca ganador) ha sido considerado como el mejor del año por el gremio de directores de fotografía.

La concepción visual de esta película sobre el origen del universo y las relaciones humanas es, sin duda, deslumbrante. Parece que esta vez el premio no se le puede escapar.

- Harry Potter y las reliquias de la muerte (parte 2): la última aventura del joven mago de J.K. Rowling cuenta con opciones para su dirección artística, maquillaje y efectos especiales. Por el primero de ellos, ha ganado el premio gremial en decorados dentro de la categoría de película de fantasía y parece que, por hallarnos ante el último capítulo de la saga, los académicos pueden sentirse en deuda con una serie de ocho películas que apenas han destacado con sus votos a lo largo de la década.

No sería extraño que acabara haciendo pleno, pues tanto la labor de maquillaje como los efectos visuales resaltan especialmente, dada la naturaleza de la historia, y podrían verse recompensados. Aún así, la designada por los especialistas en este último apartado ha sido la también nominada El origen del planeta de los simios, por lo que parte con un cuerpo de ventaja sobre Potter.

Hay un par de categorías a las que no hemos aludido hasta ahora: mejor canción y película de animación. En el primer caso nos encontramos novedosamente en la historia de los Oscar con sólo dos aspirantes: la nueva película de los Muppets y la aventura animada aún no estrenada en España Río. Parece que la popularidad de los teleñecos, con el buen hacer musical de la rana Gustavo al frente, harán decantar la balanza del lado de las marionetas más famosas del celuloide.

Finalmente, el apartado de filme animado se disputará entre tres producciones norteamericanas (Kung Fu Panda 2, El gato con botas y Rango, que es clara favorita), una francesa (Un gato en París) y la española Chico y Rita, obra de Fernando Trueba y el dibujante Javier Mariscal.

Como digo, Rango es cabeza de cartel (más tras la inesperada ausencia en la terna de Tintín), pero la sensación es que si hay una alternativa al western protagonizado por el lagarto ésta sería la película de Trueba. El cineasta goza ya de un nombre en Hollywood después de haber logrado el Oscar en 1993 por Belle epoque en la categoría de película extranjera, y las alabanzas de la crítica que ha recibido su último proyecto lo sitúan en un buen lugar por si las previsiones son caprichosas y deciden romperse.

A veces sucede en estos premios. Y entonces la magia se propaga por el patio de butacas y se transmite a través de los televisores a espectadores de todo el mundo. Mantengámonos, pues, a la espera.

(Promo de la gala, para la que volverá Billy Crystal como maestro de ceremonias).

sábado, 18 de febrero de 2012

Pasen y vean: esto es nuestro cine


Es probable que, transcurrido un tiempo prudente para dejarlo reposar en la memoria colectiva, 2011 no sea recordado como un año memorable para el cine español. Al menos, a día de hoy, las sensaciones son ésas. Aunque la pasada temporada nos ha ofrecido propuestas interesantes y logradas, la selección de los nominados para la vigésimosexta edición de los Premios Goya, que se celebrará mañana por la noche en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, deja que desear por varios motivos.

En primer lugar, la película más distinguida ha sido La piel que habito, de Almodóvar, que cuenta con 16 candidaturas. Es fácil tildar la decisión como un disparate para alguien al que este filme le parece precisamente eso: un sinsentido, una irreverencia, una historia de tono intencionadamente grave que no cala ni lo más mínimo en el espectador. Esto, por otro lado, ya ocurría en recientes dramas del manchego (Hable con ella, Los abrazos rotos) caracterizados por su tono empalagoso y pretencioso.

En su último trabajo no encontramos de nuevo ni un solo atisbo de profundidad (toda la historia del cirujano traumado y la amada recluída es de una obviedad pasmosa) ni tampoco de emoción (consecuencia lógica cuando sientes que lo que te están contando es tan falso como impostado).

Evidentemente, este enfoque es personal pero, más allá de eso, provoca cierto estupor el respaldo de la gran mayoría de críticos hacia esta cinta (no sólo en España, sino también en el extranjero). Quizá con el remordimiento de haber dejado fuera a Almodóvar en ceremonias previas, los académicos han decidido que este año sí que tocaba incluirle, más cuando parece de locos obviar a una película tan bien tratada allende nuestro país. La figura del realizador sigue gozando de mucho peso.

La piel que habito aspira a una gran cantidad de premios técnicos (su factura es buena, eso sí), pero también a los principales (mejor producción, director, actor y actriz protagonistas y guión adaptado), además de actor y actriz revelación.

A pesar de liderar las nominaciones, la sensación general es que Almodóvar no volverá a salir victorioso de los Goya (como ya hizo con Mujeres al borde de un ataque de nervios, Todo sobre mi madre y Volver), sino que este honor le corresponderá, por primera vez, a Enrique Urbizu y su No habrá paz para los malvados.

El director vasco, responsable de trabajos tan loables como La caja 507 y La vida mancha, ha logrado para su nuevo thriller un total de 14 nominaciones. El filme, cuya trama bebe mucho del 11M, es reivindicable por tratarse de un género cuasi abandonado en nuestra cinematografía, por estar dirigido con gran pulso y tensión y por el concienzudo trabajo de su protagonista, José Coronado, actor fetiche de Urbizu y cuyo retrato de un agente de policía amargado y sociópata es muy elaborado, rico en gestos y actitudes despóticas.

Parece pues el momento de templar gaitas con Urbizu y Coronado. Ambos llegan como favoritos en sus respectivas categorías, y todo apunta a que No habrá paz para los malvados se coronará, además, con los premios a la mejor película, guión original y montaje.

Efectivamente, si todo sale según lo previsto, el titular del lunes podría ser: "El año de las cuentas saldadas". Ocurriría con el caso de los dos artistas recién mencionados y con otros como Elena Anaya y Lluis Homar, que nunca antes se alzaron con el cabezón. Anaya parte con clara ventaja en el apartado de actriz protagonista por salir airosa del desvarío almodovariano, y Homar ha sido reconocido por primera vez pese a que ya pudo haber figurado entre los elegidos en el pasado dada su prolífica carrera más inmediata, que incluye trabajos como La mala educación, Los abrazos rotos, Héroes o Los ojos de Julia. Ahora es el aspirante número uno al premio como secundario por Eva.

Es triste comprobar el poco criterio de los votantes al haber elegido en su amplia mayoría a cinco películas para copar la casi totalidad de categorías a concurso. Aparte de los dos títulos mencionados, aspiran al Goya a la mejor película Blackthorn, el bien acabado western de Mateo Gil que pasó por la cartelera sin pena ni gloria, y La voz dormida, de Benito Zambrano, que ha sido tachado por una parte de la crítica como una visión sensiblera y maniquea de la novela de Dulce Chacón. La primera ha logrado 11 nominaciones y ésta segunda 9.

La quinta cinta en discordia es Eva, filme de ciencia-ficción con robots dirigido por el catalán Kike Maíllo, favorito como realizador novel y que, aunque no ha colocado su ópera prima en la categoría más importante, ha reunido un total de 12 candidaturas. Entre ellas encontramos, junto a la ya mencionada de Homar, la de actor (Daniel Brühl), guión original y las más destacadas de los premios menores: montaje y fotografía.

La sensación es que el triunfo de No habrá paz para los malvados no será demasiado holgado (como digo, parecen fijos "sólo" cinco Goyas), y que los galardones técnicos se dividirán entre La piel que habito, Blackthorn y Eva. Pero pueden caber sorpresas. Los Goyas nos han ofrecido algunas en la última década (como en las ediciones donde triunfaron La vida secreta de las palabras y La soledad).

Entre las ausencias, me parece un error no haber dado un mayor reconocimiento a No tengas miedo y Mientras duermes (ambas sólo tienen una nominación para el gran trabajo de Michelle Jenner, en la primera, y Luis Tosar, en la segunda). Hablamos de un drama desgarrador sobre una víctima de abusos sexuales y una cinta de suspense cotidiano, ambos filmes bien construidos, filmados e interpretados y que, tanto por su estilo como argumentalmente, aportan algo distinto al panorama de nuestro cine. Parece de ciegos no haber apreciado esa diferenciación y calidad.

La encargada de conducir la fiesta, tan bien publicitada este año como siempre, será Eva Hache, humorista de dudosa eficacia que no ha destacado precisamente en sus trabajos televisivos (véanse Con hache de Eva y la versión española del Saturday Night Live americano). Dado el escaso ingenio mostrado por la aludida en las promos de la ceremonia, espero un chiste sobre el título de la película de Maíllo y su nombre propio. Y de ahí para arriba.

En fin. Que sea lo que Dios y don Francisco de Goya quieran.