Ríos de tinta está generando el anuncio de Sergio "Kun" Agüero de su intención de abandonar el Atlético de Madrid este verano. La mayoría de la afición anda indignada, pues ven cómo su gran estrella, su "jugador franquicia" decide hacer las maletas en busca de títulos y estabilidad. No obstante, es imposible que esto haya cogido por sorpresa al seguidor de fútbol, y más si sus colores son los rojiblancos. Desde principios de año, varios medios de comunicación ya sostenían que el Kun saldría en junio del Atleti, y no se han equivocado. Una tragedia para un club necesitado de jugadores que marquen la diferencia, y que en apenas una semana se ha despedido de su entrenador, Quique Sánchez Flores; de Agüero; y muy probablemente tenga que decir adiós a su portero De Gea y a su otra figura inernacional, Diego Forlán.
Ante las insistentes preguntas de los periodistas sobre la salida del argentino, a lo largo del año el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, repetía una y otra vez "los jugadores juegan donde quieren". Muy cierto, es difícil que un futbolista que desea y pide expresamente marcharse no lo consiga, pues si se queda la situación puede tensarse hasta extremos insospechados, y la mayoría de los clubes acaba cediendo para no quedarse con una patata caliente durante la temporada. Pero Cerezo, muy hábil a la hora de echar balones fuera, manipula la verdad. Y es que cuando se renovó a Agüero el año pasado, se le rebajó la cláusula de rescisión de 60 a 45 millones de euros. ¿Por qué si tienes a un jugador que está a gusto, que es tu emblema, que se ha convertido en estrella le rebajas la cláusula, poniéndoselo fácil al resto de equipos? Pues sencillo, porque tenían intención de verderlo.
El Kun ha sido muy querido por la afición, ha sido el mejor pagado de la plantilla con una ficha que rondaba los 6 millones de euros y auque esta temporada no ha levantado ningún título, sí lo hizo la pasada con la Europa League y la Supercopa de Europa. ¿Por qué, entonces, quiere marcharse el Kun? Pues porque después de cinco temporadas ve que su progresión en el equipo colchonero no da para más. Ve cómo el club en que juega se conforma, siendo el tercer equipo de España en títulos y aficionados, con quedar en una séptima posición indigna de un club de la historia del Atleti. Y sobre todo, se va, porque sus dirigentes quieren que se largue.
Es así de simple. Cerezo, presidente; y Gil Marín, consejero delegado; quieren la pasta por su traspaso y adiós muy buenas. Si no, como decía antes, no le rebajas la cláusula a tu estrella. ¿Alguien ve normal que si el Madrid renovara a Cristiano, le rebajara la cláusula de rescisión a 45 millones; o el Barça hiciera lo propio con Messi? No, porque Madrid y Barça quieren conservar a sus estrellas en busca del máximo rendimiento deportivo de sus entidades. El Atleti, por raro que pueda parecer, no. Cerezo y Gil, que se hicieron con el club de manera ilegal según el Tribunal Supremo, tienen al club como su coto privado con el que mercadear a placer y sacar toda la tajada posible con los fichajes. Por eso, en vez de hacer un equipo ganador y quedarse con aquellos jugadores que marcan diferencias y que pueden hacer ganar títulos, deciden venderlos al mejor postor y traer futblistas de medio pelo que saldrán por la puerta de atrás sin que nadie les eche de menos.
Lo fácil, es demonizar al Kun, montar la película de que es un mercenario, de que no se puede hacer nada por retenerlo. Sí que se puede: haciendo un proyecto serio, fichando bien y con perspectivas ambiciosas. Pero lo fácil es venderlo, y hacer el paripé de que "nos han pagado la cláusula y no se puede hacer nada". Lo mismo pasa con De Gea, portero criado en la cantera (aun con más valor que el Kun, pues encima es de la casa), al que van a vender al Manchester por 25 míseros millones de euros. A un chico que no tiene 20 años y que está llamado a ser el próximo portero titular de la Selección en cuanto Casillas cuelgue las botas. Pues para amansar a la afición, Gil Marín y Cerezo empiezan a intoxicar el ambiente con sus periodistas a sueldo, como Manolete, para poco menos que inocular en la afición la idea de que De Gea es una mierda de portero y que 25 millones es una pasta irrechazable. Lo peor es que más de uno, en vez de pedir la cabeza de Gil Marín y Cerezo, va y se lo cree.
Con esta perspectiva, ya me dirán qué futuro tiene el club rojiblanco para la próxima temporada. Es cierto que va a recibir una buena pasta por dos de sus estrellas, pero ya veremos cómo invierten ese dinero sus dirigentes. La afición en cualquier caso, no debería quedarse callada ante lo que es la enésima tomadura de pelo de sus dueños (¿alguien ha dicho Torres?).
Porque esa afición, no debería permitir que año tras año se juegue con sus ilusiones, que tengan que conformarse con un séptimo puesto y a seguir con la cantinela de "el pupas". Ya basta de permitir que dos señores se rían en su cara, y poco menos que haya que darles las gracias. El problema no es que el Kun quiera marcharse (con todo su derecho), sino que los que mandan no hagan nada por evitarlo, e incluslo le abaran las puertas y le pongan un lacito. Hay dos tumores que deben ser extirpados del Atlético de Madrid, son Gil Marín y Cerezo. Y cuanto antes mejor.
Dani Medina
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