domingo, 14 de agosto de 2011

1.001 películas que hay que ver después de morir (XXXIII): The Foreigner (El extranjero)

Título: The Foreigner (El extranjero)
Director: Michael Oblowitz
Año: 2003
País: Estados Unidos
Actores: Steven Seagal, Harry Van Gorkum, Max Ryan y Anna-Louise Plowman

Argumento: Un tipo apodado "El extranjero", que no es otro que Steven Seagal apretándose la panza con una cazadora ajustada, va dando vueltas por todos los países de Europa, destapando conspiraciones incomprensibles, repartiendo paquetes, alguna ostia y matando negros en absurdas explosiones.

Por qué hay que verla después de morir: Es la primera película del tándem Steven Seagal-Michael Oblowitz, asociación que nos regaló la cinta más divertida (por absurda) de toda la filmografía del maestro aikidoka, "Venganza Ciega", una de las imprescindibles de esta colección. En esta ocasión, el nivel de diversión es inferior, pero la oligofrenia superior, gracias a un guión indescifrable que provoca apoplejía y, sobre todo, la labor del esquizoide Oblowitz, para quien las palabras "montaje" y "dirección" son sinónimos de "peyote" y "cocaína en vena". Tampoco falta la habitual y taladrante música punchancha, marca de la casa.

Alicientes:
-Steven Seagal recorre toda Europa (Noruega, Alemania, Francia, etc)  pero sin salir de Polonia. No os preguntéis cómo lo hace, es Steven Seagal y todo lo puede.
-Un desenlace abrupto y estúpido en el que sólo falta el director haciendo un corte de mangas al público.
-No intentes comprender el guión o te expondrás al peligro de sufrir una apoplejía severa.
-Ritmos punchanchas de baratillo para ambientar cualquier escena de acción.
-Una realización psicotrópica llena de acelerones y zooms, digna de un ravero a tope de speedball.
-Como en todos sus filmes, Seagal tiene un pasado repleto de misterios, para dar profundidad al personaje.
-Oblowitz no es capaz ni de rodar decentemente una conversación en una mesa. Debido al incomprensible juego de planos, uno no sabe si los comensales están sentados, de pie, debajo o encima de la mesa. Qué desastre.
-Seagal, que es una persona muy previsora, se dedica a llenar la ciudad de explosivos por todos los rincones imaginables, para así poder detonarlos y escapar de cualquier situación complicada.
-Incomprensiblemente, tuvo una secuela, "Golpe al amanecer".

Algunos momentos para el recuerdo:
-A ver cómo me las apaño para explicar esto. Seagal ha de entregar un paquete, pero, no se sabe muy bien por qué, decide entregar un paquete falso. Cuando le descubren, mandan a un tipo negro para que le torture y le sonsaque donde está el paquete original. Seagal acepta entregarlo, asegurando que está escondido en una taquilla. Lleva al negro hasta allí, pero resulta que es una trampa, ya que se trata de otro paquete falso (sí, otro, dos mejor que uno), que contiene una bomba en su interior, la cual el negro detona al abrirlo, reventando toda una estación de tren en una apoteósica explosión, que, supongo, mata a cientos de personas, lo que a Seagal debe importarle tres huevos. Segundos antes, el protagonista escapó por una ventana.
-La misma escena de antes, con negro e interrogatorio incluido, ocurre minutos después en la trama, sólo que cambiando el paquete falso por un CD falso (y explosivo), en una descojonante secuencia que el guionista se inventó sobre la marcha y en la que nuestro héroe lanza el disco contra su enemigo, clavándoselo en el estómago (después explota, obviamente). Sólo por esta escena, hay que ver la película.

Algunas frases para el recuerdo:
-"Me encantan las barbacoas" dice Seagal, tras lanzar un CD explosivo.

Nivel de descojonación (de 1 a 5): * * *


1 comentario:

  1. Esta crítica cinematográfica es buenísima, brillante. Me he reído mucho leyéndola. Me dan ganas incluso de ver la peli.

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