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jueves, 25 de agosto de 2011
Barato, Barato.
"Me lo quitan de las manos oigaaaaa, me lo quiiiitan de las manos".
Miguel Ángel Gil está que se sale. No tiene rival en el "mercadillo" futbolístico. "¡¡Hoy traigo cuarto de kilo de Forlán a 5 millones, 5 millones solamente!! ¡¡Señora no pierda la oportunidad de llevarse todo un Balón de Oro de un Mundial a su club!!"
Un Agüero por aquí, un De Gea por allá, Ujfalusi al Galatasaray, a Forlán lo mando para Milán y ya hemos vendido tol género. Voy a llamal a mis primos Quilón y Mendes, que seguro que me dejan el cuarto y mitad de futbolista a buen precio, nos repartimos unas "comisioncillas" y ya estamos listos para volver al ataque en el mercado invernal, que los churumbeles tienen que comer. En de vé lo fásil que se la cuela uno a la afición del Calderón, les traigo un poco de carnaza y ya están todos contentos e ilusionados.
Qué tiempos aquellos los de hace un año. El equipo Supercampeón de Europa y mis amiguetes los agentes me nombran mejor gestor del mercadillo. Como íbamos tan sobrados, pensé que a lo mejor podía vender a Jurado a los alemanes esos de Gensenquilche. El bueno de mi primo Enriquito Flores se sintió mu molesto porque disia que el zagal era mu importante para el equipo. Pero es que yo tenía que comprarle a mi Jeniffer una bichicleta y no llevaba suelto. El jambo para Alemania con su padrino Raúl y yo tan feliz con mis 13 kilitos.
Por Navidad mi Richal me pidió una Gamboy y como yo no andaba bien de los dineros llamé a mis amigos turcos para mandarles a Simao. El payo era mu buen chico, pero comía mucho, así que con lo que me ahorré en comida me dio para comprarle la Gamboy a mi niño. Como mi primo Enriquito se enfadó porque estaba corto de personal para descargal la flagoneta llamé a mi amigo Mendes, que me mandó un muchacho a "módico" precio. Sólo ocho millones me costó el Elías. Tenía experiencia colocando tumbonas en Copacabana así que montando y desmontando los andamios del puesto en el mercadillo no iba a tener rival. Además Jorge y yo nos repartimos unas jugosas comisiones y pude comprar unos regalitos para la familia.
La temporada no fue tan bien como esperábamos y encima la rubia esa tan sexy, la uruguaya, se enfadó con mi primo el Enriquito porque decía que le ponía los cuernos con un bajito argentino y su amigo el calé de Utrera. Ensima el verano empezaba con una mala noticia: Los señores jueces nos habían condenado a mis hermanos y a mi a devolver 100 millonés de na que le esquilmó mi papa al ayuntamiento de Marbiella. Pero eso yo lo arreglé en un periquete. Me dieron el teléfono de un tal Alex, un patriarca de un clan inglés muy rico. En cinco segundos llegamos a un acuerdo y para allá que le mandé a De Gea. El cachorro, que se crió en nuestra casa, se lo vendí por 20 millones. Luego llamé a mi amigo el Jeque del Manchester City, ese con el que firmé una Aliansa de Sivilisasiones que va a hacer temblar los cimientos de la tierra. Mi amigo árabe se llevó al pequeñito argentino por 42 milloncejos. El payo Florentino estaba como loco por llevarse al chico, pero yo me negué a negosial, que si se lo llego a vender los del Calderón me pegan una paliza. Ujfalusi a mis amigos turcos por 2,5 millones, Forlán a Moratti por 5 millones y ya sumo 70. Un poco más y ya casi tengo la deuda del papa pagada.
Al final mi primo Enriquito abandonó el puesto porque no estaba contento. Mi amigo Quilón me recomendó a Manzano, un gachó que ya trabajó con nosotros, muy bueno porque nunca protesta por nada. De paso me colocó a Gabi, que andamos cortos de personal. Como necesitaba melcansía llamé a mi primo Mendes. Jorge y su amigo Kenyon, que son mu güenos me regalaron la mitad de Falcao y yo solo tuve que pagar 20 millones. De paso me mandaron más genero, Miranda (el terror de los delanteros de la liga brasileña), Silvio (una ganga por sólo ocho millones), Pizzi (no confundil con Juan Antonio) y un tal Ruben Micael, que se lo presté a mi amigo Agapito Iglesias de Zaragoza, que el pobre no tiene pa' comel.
La verdad que el premio del año pasado lo tengo bien merecido. Después de todos los negocios he vuelto a traer mercancía de primera calidad: Courtois, Silvio, Miranda, Gabi, Turán, Adrián y Falcao. Estoy tratando que esos alemanes de la Vuslbagen me regalen a Diego, un chiquillo algo problemático, pero estos alemanes no ceden. No aceptan las escrituras de mi chalé de Los Ángeles de San Rafel como aval. Al final hemos hecho un equipo de campanillas y toda la "borregada" se rompe las manos a aplaudir en el Vicente Calderón. Cuando nos mudemos a la Peineta va a ser el no va más. Una vez más, he vuelto a triunfar.
Pónganle el acento que más les plazca: Máfia rusa, siciliana, taiwanesa o de Pernambuco. Algo parecido a lo que acaban de leer es lo que pasa por la cabeza del consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil. La realidad es triste. Hace justamente un año De Gea; Ujfalusi, Godin, Perea, Domínguez; Assunçao, Raúl García, Reyes, Simao; Agüero y Forlán derrotaban brillantemente al Inter en la final de la Supercopa de Europa. Hoy seis de ellos no pertenecen al club y tres de los cinco restantes han tenido en algún momento el cartel de "transferible colgado". Abramos los ojos, el Atlético de Madrid se ha convertido en una agencia de compra-venta de jugadores. El Atleti ha muerto.
Pablo González.
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